La historia

El estado de maduración de los frutos en la cosecha es de fundamental importancia para establecer la calidad final del producto y su potencial de conservación.
La calidad de un fruto es identificada por un conjunto de atributos o características que la definen.
El desafío es identificar un único parámetro general para definir la calidad de los frutos en el momento de la cosecha para garantizar la mejor calidad.

Ya desde los años 80 el sector industrial de la investigación empezaba a mover los primeros pasos en el estudio y desarrollo de nuevas tecnologías no destructivas para la evaluación de la calidad de la fruta, con el objetivo de conseguir por medio de pruebas no destructivas los mismos índices que, normalmente, se consiguen por medio de pruebas destructivas como la tenacidad, el grado brix, la acidez etcétera.

Con las oportunas correlaciones, estos parámetros pueden efectivamente ser obtenidos desde el análisis espectroscópica en el visible y en el infrarrojo cercano. Las medidas así obtenidas, además, son sujetas a los mismos problemas de las obtenidas con los métodos canónicos y, principalmente, son sujetas a grandes problemas de estacionalidad. Además, la correlación entre el espectro y los propios parámetros depende de muchos factores, lo que significa que, de todos modos, hay que destruir y analizar un gran número de frutos para obtener el modelo de calibración.

A finales de los años 90, la Universidad de Bologna, en el Departamento de Cultivos Arbóreos, también empezó a utilizar la espectroscopia de infrarrojo cercano como posible solución para la determinación no destructiva de la calidad de la fruta.

La solicitud de patente M02005A000211 presentada por  “Alma Mater Studiorum-Università di Bologna” protege una invención realizada por Costa Guglielmo, Noferini Massimo y Fiori Giovanni relativa a un índice conocido como DA, que está fuertemente correlacionado con el estado de madurez de una fruta, y a métodos y aparatos para medir este DA.

El Índice DA® se creó como una evolución y simplificación de los sistemas anteriores para superar los problemas asociados a ellos, proponiendo medir un valor que no está relacionado con la estacionalidad (es decir, la presencia de clorofila) y, por tanto, no requiere calibración. La necesidad de medir la absorbancia en sólo dos longitudes de onda también significa que las mediciones pueden realizarse con instrumentos sencillos y baratos.

A partir de los alentadores resultados obtenidos con esta tecnología y de las características ópticas de la fruta, nació lo que hoy conocemos como DA-meter®.

Varios años de pruebas han conducido al desarrollo de este instrumento portátil y no destructivo que permite analizar un gran número de muestras de diferentes tipos de fruta y utilizarlas en el campo, de forma rápida y económica.